ALEMÁN¿Lleva años intentando dominar las cuerdas de su instrumento, pero aún no conoce la mejor manera de utilizar sus herramientas? ¿Tiene curiosidad por saber más acerca de las posibilidades que ofrece una cuerda de alto rendimiento? ¿Quiere mejorar sus resultados siguiendo solo unos sencillos pasos? Stringtelligence le ofrece información exclusiva sobre la ciencia de las cuerdas. Descubra consejos y trucos que desconocía hasta ahora para perfeccionar su sonido y mejorar su técnica hasta niveles insospechados. Más de 20 000 palabras y 19 videotutoriales en más de 90 capítulos: ¡El conocimiento de las cuerdas en su máxima expresión!
¿Por qué razones se rompe una cuerda?
Las cuerdas están hechas de tal forma que, de usarlas bien, no se rompen. No obstante, si esto ocurre, los motivos pueden ser los siguientes:
- Sobrecarga
- Corrosión y sudor
- La cuerda se desgarra en el gancho del afinador
- El diámetro de la clavija es demasiado pequeño
- Las ranuras del puente y la cejuela
- El interior de la cuerda se ha secado
- La cuerda presenta defectos de fabricaci
SOBRECARGA:
la cuerda está demasiado ajustada y ello lleva a su sobrecarga. Esto no significa necesariamente que vaya a romperse, pero la vida útil tonal y mecánica de la cuerda siempre se verá reducida como consecuencia de una sobrecarga, y también puede hacer que la cuerda termine por romperse. Vea: ¿Cómo prolongar la vida útil de las cuerdas?
Corrosión y sudor:
el sudor ha dañado el núcleo y lo ha hecho corrosivo, lo que puede hacer que venza y se rompa. Ver: ¿Qué cuerdas tengo que usar si sudo?"
La cuerda se desgarra por el gancho del afinador:
el lazo de la cuerda se coloca en el gancho del afinador. La vibración y el movimiento constantes de la cuerda hacen que esta se vaya serrando progresivamente con el gancho del afinador. Este gancho tiene una ranura pequeña, casi invisible ––de apenas unas pocas micras, o sea, milésimas de milímetro–– cuyos cantos no obstante pueden resultar afilados. Imagínese que se trata de una sierra: los huecos entre los dientes siempre están afilados. La cuerda vibra al tocar y el canto afilado que se ha ido formando en el gancho del afinador la erosiona. ¿La solución? Visitar periódicamente al lutier para que haga el mantenimiento necesario del gancho del afinador. Una lima pequeña es suficiente para quitar el filo al borde de la ranura que se ha formado con el tiempo. Esta ranura tarda muchas semanas e incluso meses en salir, por lo que nuestra recomendación es acudir al lutier cada seis meses.
Si no la elimina, el mismo problema podrá presentarse al colocar una cuerda mi, sobre todo si el diámetro de esta nueva cuerda es mayor que el de la que ha formado el surco. Podría suceder que la cuerda mi más gruesa se encastrara dentro del surco y el roce la dañara.
DEl diámetro de la clavija es demasiado pequeño:
esto provoca una sobrecarga de las fibras externas, el cual puede llevar a un desgarre del entorchado y a la rotura de las cuerdas. ¿Por qué? Imagínese un plátano. La flexibilidad de un plátano tiene un límite que, si se sobrepasa, lleva a que se parta la piel que lo rodea.
Una cuerda está hecha de distintos materiales, cada uno con una capacidad de torsión limitada, un rango elástico definido. Si la cuerda se enrolla demasiado doblada, el revestimiento externo puede abrirse. En los casos más graves, la cuerda se puede llegar a romper. Se aconseja especial prudencia en caso de que las clavijas sean finas, ya que tienen una parte central es de menor diámetro que la exterior.
Las ranuras del puente y la cejuela:
cuando hay demasiado roce con el puente o la cejuela, la cuerda puede erosionarse y acabar rompiéndose. Una cuerda se curva en tres posiciones: en la clavija, en la cejuela y en el puente ––en el caso de la cuerda mi, una vez más en el gancho del afinador––. Una vez colocada la cuerda, llega el momento de afinarla tensándola con la clavija, es decir, se tensa la cuerda con la clavija. Cada vuelta de la clavija aumenta la tensión de la cuerda sobre el puente y la cejuela, al tiempo que la cuerda se estira y se mueve en dirección a la clavija. La combinación de presión y movimiento produce roces en el puente y la cejuela. Para minimizarlos, es necesario emplear un lubricante. Por eso es aconsejable aplicar grafito en las ranuras del puente y la cejuela. Esto hará que la cuerda se deslice mejor sobre las ranuras del puente y la cejuela y evitará que sufra daños.
El núcleo de la cuerda se seca:
la absorción de líquidos ––p. ej., sudor–– hace que muchas cuerdas de tripa y de núcleo sintético se ensanchen. Esta dilatación obliga al músico a afinar las cuerdas mientras toca ––tiene que tensarlas––. Si después de tocar deja reposar el instrumento con las cuerdas tensadas durante unos días, el núcleo volverá a secarse y la cuerda intentará volver a encogerse. Sin embargo, esto no es posible puesto que el instrumento está tensado, así que la tensión aumenta y la cuerda puede llegar a romperse. ¿La solución? Afinar el instrumento a diario.
La cuerda presenta un defecto de fabricación:
en este caso, le rogamos que se ponga en contacto con Thomastik-Infeld y nos haga llegar la cuerda para que la analicemos. ¡Muchas gracias!
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